¿Por qué lloras, princesa?

¿Por qué lloras, princesa?,

lloras por ese amor,

ese que una vez te amó

y ahora ya no le interesas.

Por ese que te dejó

y tú que tanto lo amaste,

todo a él le entregaste,

pero a él no le importó.

Vida amarga, vida cruel,

la que te fue a ti a tocar

y hasta el día de hoy tú estás

llorando por aquel,

aquel amor de tu vida,

que tanto te maltrató,

que incluso te golpeó,

y tú que demasiado lo querías.

Tú lo amabas y él no intentó

recuperar lo que tenían,

sino que cada vez más daño te hacía

desde que lo conociste hasta el día de hoy.

Él te ha dejado

y ahora crees que nunca te ha querido,

porque si así hubiera sido

no te hubiera maltratado;

te gritaba, te pegaba,

porque tú llegabas tarde a casa,

preguntabas qué le pasa,

si tú en nada malo andabas,

pero él en ti no confiaba,

celoso por tu hermosura

y por recelos, y por dudas

él a ti te gritaba;

y tú, ¿qué mal hiciste?,

siendo un ángel de luz

siendo que con él tú

tan buena persona fuiste.

Princesa sufriente,

nunca le mentiste,

siempre lo quisiste

y aún hoy lo quieres.

La princesa llora,

en su cuarto solitaria,

en el día, en la mañana,

en la noche, llora sola.

Lágrimas saladas

corren por su mejilla,

triste está su vida,

por aquel a quien amaba.

Y ella pues, ¿qué hizo

para merecer ese maltrato,

para recibir ese mal trato?

¿quién fue el que la maldijo?

La princesa, en su alcoba,

está llorando, como siempre,

llorando otra vez por ese,

ese que su alma le roba.

Amanece y se despierta

y recuerda esos momentos,

esos recuerdos viejos

que a su mente llegan,

y en la tarde, todavía

sigue pensando en aquello,

en lo que una vez tuvieron

ella y el que antes la quería.

Princesa, no llores más,

él no merece tus lágrimas,

él no merece tu lástima,

alguien mejor vendrá,

alguien que te hará feliz,

alguien que te va a querer

y amor tú le vas a devolver,

y nunca más vas a sufrir.

Ya verás, todo estará bien,

te vas a recuperar,

feliz tú vas a estar,

no llores más por aquel.

Deja ese llanto, deja eso,

que está arruinando tu belleza,

no llores más, princesa,

que no te hace nada bueno.

No tienes por qué llorar,

sé feliz, sé contenta,

elimina la tristeza,

ya no debes esperar

para salir de ese encierro

en el que te has metido,

para salir de donde te has hundido,

de ese enorme agujero,

por tanto sufrimiento

y tanto sollozo,

tu corazón se ha roto

por el daño que él te ha hecho.

Princesa, tus lágrimas debes secar,

deja ya el negro de luto,

no sufras más por ese bruto,

elimina ya ese malestar,

múdate, ponte un vestido

y sal en esta noche,

sal y corre al horizonte,

te lo ruego, te lo pido,

cosas mejores hay,

cosas felices, cosas bellas,

admira las estrellas,

sal de tu oscuridad.

Y así, yo me pregunto,

¿qué será lo que te ocurre?

¿por qué es que tanto sufres

por alguien que amarte no supo?

¿Por qué lloras, princesa?

tú no tienes que llorar,

por favor no sufras más,

recupera tu belleza,

recupera tu alegría,

que tu rostro esté brillante,

no sufras más, ni un solo instante,

nunca más, niña divina;

si lo haces, te prometo

que pronto todo bien estará,

pronto alegre estarás,

porque todo será perfecto.

Princesa, rosa de los vientos,

has del mundo un lugar mejor,

siendo que tú eres la razón,

de que el mundo esté triste, o esté contento.