Todo lo que yo soñé
en tus labios lo encontré,
todo cuanto siempre quise,
lo que tanto mi alma dice
en tus ojos pude hallar.
Tus manos poder tomar
es desde ahora mi sueño,
y yo sé que no es pequeño
pues mucho te estoy pidiendo.
Si no quieres yo lo entiendo
pero a ti te lo confieso:
Te quiero. A ti te lo expreso:
Totalmente enamorado
en poco tiempo me has dejado.
Yo sueño que estoy contigo,
sueño que como un mendigo
las migajas de tu amor
te pido, y ruego el calor
de tu cariñoso abrazo
y me quedo ahí, en tus brazos.
Sueño que juntos estamos,
juntos vamos y volamos,
que conmigo tú te quedas
y vemos las arboledas
desde arriba, desde el cielo.
Niña, eres un caramelo,
tierna, linda, bella, dulce,
y te pido yo que endulces
mi vida, hoy, en este día,
con tu dulce compañía.
¿Cuánto es lo que siento yo?,
¿cuánto?, ya se me olvidó;
nunca había esto sentido,
siempre yo lo había impedido,
amar a alguien de esta forma,
lo cumplía, era mi norma,
pero de pronto has llegado
y, pues, me has enamorado.
Sin haberte conocido
hoy estás en mi sentido,
sin saber antes quién eras,
transitas las carreteras
de la ciudad de mi amor.
Tus mejillas, su color
he grabado yo en mi mente,
y de ahí y por consiguiente
tú estás en mi corazón.
¡Qué difícil situación!
Te amo y no sé si me quieres,
te amo y no sé si difieres
de aquellos, mis sentimientos,
de aquellos, mis pensamientos.
Eres todo lo que quiero,
eres la única que espero,
todo lo que yo soñé,
todo cuanto yo anhelé.
Y, pues, dime tú por qué,
por qué yo me he enamorado
de tu boca, de tu piel,
de tu corazón de miel.
Al contemplar tu mirada
todo en ti me gusta; y nada
me hará cambiar de opinión.
Esa no es mi decisión,
simplemente no es posible,
dejarte me es imposible,
solamente pienso en ti,
aunque tú no estás aquí.
Quisiera saber si tengo
oportunidad, si obtengo
algún día algo de ti,
de tus labios de rubí;
un beso, digo, tal vez.
Yo, con mucha timidez,
te ruego algo, una caricia,
no lo exijo, no es justicia,
es sólo un simple deseo,
pues quizás yo, pienso, creo
que tú me puedas querer,
y un hermoso atardecer
tú y yo podamos mirar,
nuestros miedos disipar,
pues juntos vamos a estar,
y por siempre capturar
la frescura de la brisa,
y plasmarla en tu sonrisa,
en las nubes recostarnos
y querernos, y abrazarnos;
pues todo lo que soñé,
en ti todo lo encontré.
Esta es mi realidad:
Te amaré la eternidad.
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