Explicación:

Paso mis sentimientos al papel

miércoles, 20 de octubre de 2010

Dulce colegiala

Caminando hacia el colegio
va la dulce colegiala,
con sus zapatos de cuero
y su uniforme de holanda;

su camisa que azul es,
y la lleva abotonada,
su pantalón color índigo,
ella va toda arreglada.

Siempre llega así a su clase,
va subiendo por las gradas,
uno piensa que es un ángel,
pues es linda, tierna y grata.

Cuando pasa por las calles,
nuestra dulce colegiala,
por su divina figura
atrae todas las miradas.

En las noches de silencio,
donde todo el mundo calla,
pues como ella va saliendo,
ya se ha ido de su aula,

tulipanes del jardín
en los bosques de arboladas
desean ver a la niña
para poder elogiarla;

y las aves de allá arriba
se contentan cuando pasa,
con los árboles del monte,
que saludan con sus ramas.

En el cielo las estrellas
y la luna ilusionada,
todos quieren verla a ella,
todos quieren contemplarla.

Por la niña tan afable
mi corazón hoy extraña,
gime y llora, llora y ríe,
y le dice, a temporadas:

“¡Oh!, reina de mi vacío,
¡Oh!, mi dulce colegiala,
en el cosmos canta el Sol
tu sonata en la mañana;

resplandece en ti la aureola,
que se inclina con el alba;
mil doscientas mariposas
van volando ala con ala

y en tus mejillas arrojan
reluciente polvo de hadas
que te sigue, que te adorna
adonde sea que tú vayas.

¡Cuánto a ti yo te deseo!
¡Cuánto a ti yo te deseaba!
Pasar un rato contigo,
lo que para ti no es nada,

poder llevarte a las nubes,
y ahí hacer nuestra morada,
y con un beso de amor
yo dejarte enamorada,

y vivir siempre a tu lado,
tú y yo, en palacios de plata,
ese es mi único pedido,
eso es lo que anhela mi alma.

El quererte y no tenerte,
¡Qué tristeza!, ¡Qué nostalgia!,
a ti, flor del universo,
 a ti, niña de esmeralda.

Es un premio y un castigo
verte desde mi ventana,
mientras pienso en mi delirio:
<<yo nunca podré alcanzarla>>.

Creo yo, tal vez funcione
una de esas madrugadas
de tonadas y de amores,
canciones y serenatas.

Yo mantengo la ilusión,
yo sustento la esperanza
en que algún día me quieras
tú, mi dulce colegiala.”

Así dice el corazón
mientras brotan de él sus lágrimas,
se mezclan con el rocío,
con la lluvia y con el agua.

Entretanto aquella niña
va y camina con su gracia,
un lamento y un suspiro,
un exhalo desde mi ánima.

Cuando yo la puedo ver
en silencio la besaba
en mi mente, y un abrazo,
de la mano la tomaba.

Pues, ¿cuándo me va a querer?,
tal vez nunca, tal vez nada
yo tendré, pero por ahora
callado y boca cerrada,
en secreto yo amaré
a la dulce colegiala.


domingo, 17 de octubre de 2010

Todo lo que yo soñé

Todo lo que yo soñé
en tus labios lo encontré,
todo cuanto siempre quise,
lo que tanto mi alma dice

en tus ojos pude hallar.
Tus manos poder tomar
es desde ahora mi sueño,
y yo sé que no es pequeño

pues mucho te estoy pidiendo.
Si no quieres yo lo entiendo
pero a ti te lo confieso:
Te quiero. A ti te lo expreso:

Totalmente enamorado
en poco tiempo me has dejado.
Yo sueño que estoy contigo,
sueño que como un mendigo

las migajas de tu amor
te pido, y ruego el calor
de tu cariñoso abrazo
y me quedo ahí, en tus brazos.

Sueño que juntos estamos,
juntos vamos y volamos,
que conmigo tú te quedas
y vemos las arboledas

desde arriba, desde el cielo.
Niña, eres un caramelo,
tierna, linda, bella, dulce,
y te pido yo que endulces

mi vida, hoy, en este día,
con tu dulce compañía.
¿Cuánto es lo que siento yo?,
¿cuánto?, ya se me olvidó;

nunca había esto sentido,
siempre yo lo había impedido,
amar a alguien de esta forma,
lo cumplía, era mi norma,

pero de pronto has llegado
y, pues, me has enamorado.
Sin haberte conocido
hoy estás en mi sentido,

sin saber antes quién eras,
transitas las carreteras
de la ciudad de mi amor.
Tus mejillas, su color

he grabado yo en mi mente,
y de ahí y por consiguiente
tú estás en mi corazón.
¡Qué difícil situación!

Te amo y no sé si me quieres,
te amo y no sé si difieres
de aquellos, mis sentimientos,
de aquellos, mis pensamientos.

Eres todo lo que quiero,
eres la única que espero,
todo lo que yo soñé,
todo cuanto yo anhelé.

Y, pues, dime tú por qué,
por qué yo me he enamorado
de tu boca, de tu piel,
de tu corazón de miel.

Al contemplar tu mirada
todo en ti me gusta; y nada
me hará cambiar de opinión.
Esa no es mi decisión,

simplemente no es posible,
dejarte me es imposible,
solamente pienso en ti,
aunque tú no estás aquí.

Quisiera saber si tengo
oportunidad, si obtengo
algún día algo de ti,
de tus labios de rubí;

un beso, digo, tal vez.
Yo, con mucha timidez,
te ruego algo, una caricia,
no lo exijo, no es justicia,

es sólo un simple deseo,
pues quizás yo, pienso, creo
que tú me puedas querer,
y un hermoso atardecer

tú y yo podamos mirar,
nuestros miedos disipar,
pues juntos vamos a estar,
y por siempre capturar

la frescura de la brisa,
y plasmarla en tu sonrisa,
en las nubes recostarnos
y querernos, y abrazarnos;

pues todo lo que soñé,
en ti todo lo encontré.
Esta es mi realidad:
Te amaré la eternidad.


domingo, 3 de octubre de 2010

Lo que en mí provocas tú

“¿Qué es lo que sientes por mí?”,
tú me preguntaste ayer,
y yo no lo sé muy bien
pues son muchas sensaciones;

muchas son las emociones
que suscitan en mi cuerpo,
muchos son los sentimientos
que provoca tu mirada.

Tú en mi alma estás anclada,
solamente pienso en ti,
solamente soy feliz
si tú vienes a mi mente.

“¿Y qué tu corazón siente?”,
me preguntas tú de nuevo,
pues bien, cuando te veo
vuelo hasta las nubes,

me pierdo en inquietudes
cuando estoy cerca de ti,
cuando tú estás junto a mí
mi mente se traslada

hacia la línea delgada
que separa lo real
de aquello que es falaz
y no logro distinguir,

no me puedo decidir
entre tanto que a mí viene,
y todo se mantiene
entre oscuridad y luz.

Lo que en mí provocas tú
es difícil de explicar,
tú me haces divagar,
revuelves mis pensamientos;

contigo es vivir el cielo,
tu cabello me fascina,
tu sonrisa es divina,
tus labios me encantan,

me hechizan, me atrapan,
en tus ojos me abandono,
y así como un colono
en ellos me quedo a vivir;

en los campos de jazmín,
en el sur de la pradera
mi alma como una gacela
corre hacia donde tú estás;

en los confines del mar
ha quedado mi corazón
pensando en la ilusión
de que tú lo quisieras;

las estrellas vociferan
en mi oído gritan voces,
dicen: <Si te conoce,
¿por qué no quiere estar con vos?>

Yo respondo: <Si bien sabe de mi amor
simplemente no me quiere,
y si ella lo quisiere
pues con sólo una palabra,

no es que mi corazón le abra,
sino que abierto ya está,
esperando en su lugar
a que ella quiera venir.>

Y así, sin discutir
yo platico con la luna
y ella sigue, y me pregunta
<¿por qué no te rindes ya?>,

< porque la oportunidad
de que ella esté conmigo,
es incierta, te lo digo,
pero igual espero yo >

Y así aguardo la ocasión,
la circunstancia, el momento
en que tú digas: “Lo pienso
y creo que eres para mí”;

Y en ese día por fin
dejaré yo tanto aguante
y feliz en un instante
al oír tu hermosa voz,

y desde ese día los dos,
yo a ti te prometo
que con amor completo
nos amaremos tú y yo.